Solo un apostador.

¿Por qué esperar a que la noche sea perfecta, 

con estrellas y violines por doquier, 

gobernada por la luz de Luna llena, 

hija de un hermoso atardecer, 

para dejar durmiendo en casa la careta 

y gritarle al mundo que esa mina te flechó?

Y aunque Discepolo jamas nunca lo entienda, 

a vos te va a aliviar el corazón. 

No existen condiciones favorables. 

Ni ocasiones que aprovechen la ocasión.

El que hace saltar la banca del casino, 

no es un dios ni es adivino, 

solo es un apostador.

Ay... se va la vida en una mano. 

Hay que jugarse el corazón. 

Todas las noches a su modo son ferpectas,

fenómeno causal de una imperfecta madurez.

Iluminadas por la magia del reflejo, 

sobrinas consentidas de un hermoso atardecer. 

Señor junte valor y pase al frente

si se sabe de memoria la lección. 

Y cuidado con los sapos que se ingesten, 

que todos cometemos por lo menos un error. 

Y después del después la propina, al crupier y a llorar a la iglesia. 

Otro yeite, otro bar, otra mina, otro bar. 

Pero siempre los mismos dilemas. 

La de Mora.

Blues para un amante.

Ostente madurez palabra risueña. 

Ganó la idiotez de un circo inventando en nuestra inconsciencia.

Mostraste vanidad, le aplicaste histeria. 

Logré entender que perdí ofensiva en esta guerra. 

No pudiste esperar el tiempo nos quema, 

te entregaste al fin al juego hostil de que alguno le duela. 

Quisimos terminar nuestra fabula muerta, 

rendido a tus pies el ultimo adiós no era la idea.

Rock a La Orden.

Linda arena.

El sábado describí de la mejor manera mi situación, nunca lo había pensado así y entre medio de toda esa gente hermosa hablé sin pensar, dije concretamente lo que pasaba. Siento que estoy parada y la vida me pasa, todo me rodea, me esquiva y yo sigo ahí, esperando que pase algo. No soy protagonista de nada, de lo único que soy protagonista es de mi desierto y, oh, en mi desierto no hay nada. Sigo siendo un ente que camina para algún lado, todavía no sé dónde.
Mantené todo eso que te hacía bien. 

Ding ding ding ding ♪

Estuve leyendo mi entrada de hace un año y sigo en la misma, ya Goncy no forma parte de mi cabeza pero mi cara de nada sigue, mis ganas ausentes de salir de mi casa siguen presentes.
No cambiaron mucho las cosas este año, va sí, cambiaron las personas que me rodean, no, no cambiaron, se alejaron algunas y otras se acercaron más. O yo me alejé de todos, menos de Lau, ya no sé ni que me pasa. 
Vivo colgada, viviendo en la luna, yo sé que volveré a ser yo (o eso espero).
En una entrada de hace un año dice "¿11 años? me la chupan" y fue demasiado gracioso leer eso. En esa época salía con gente, ahora ma' sola yo.

Algunos errores son deliciosos.

Ojalá supiese andar más abrigado de tu olvido, siempre que te nombra.

Ojalá pudiera ir a chapotear otros besos lejos de tu boca.

Pero resulta que soy torpe para entender.

Ojalá me atreva a ser más asesino de mis sueños para no soñarte.

Ojalá pueda poner en penitencia mi paciencia para no esperarte.

Pero resulta que soy lerdo para mover.

Ojala aprenda a ser más elegante en mis derrotas cuando mas te piense.

Ojalá me salga ser más testaturo con mi orgullo cuando más te alejes.

Tocame el saxo y ...

Es increíble como están creciendo, la bandita de mierda que cuando los fui a ver por primera vez no llenaban el Tucumán, llenaron un Malvinas (lleno de caretas y SantiFans), es lindo verlos cumpliendo sus sueños, ser testigos de su felicidad.
Nunca fui tan fan en un recital como lo fui en éste con Mauro, le juro amor eterno a Maurito.

Estoy cansada, cansadísima, agotada de absolutamente todo. No me aguanto nada más, necesito que terminen las clases para alejarme de todo y estar un mes sin ver a nadie, o no sé, algo que no me haga pensar y pueda estar más tranquila.
No voy a salir más, solo a mis recitales queridos, así no gasto plata al pedo y voy a ver a mis bandas.