domingo, 21 de julio de 2013

Me tendió con cuidado un ejemplar de Utopía de More, impreso en Basilea en el año 1518 y en el que faltaban hojas y láminas.
No sin fatuidad repliqué:
-Es un libro impreso. En casa habrá más de dos mis, aunque no tan antiguos ni precisos.
Leí en voz alta el título.
El otro se rió.
-Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que viví no no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer. 
Utopía de un hombre que está cansado - Jorge Luis Borges

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