jueves, 18 de julio de 2013

Tu entrega.

Sonreís y un berretín universal 
de momentos placenteros se presenta.
Desearía que pudiera perpetuar 
el instante en que tus dientes se me ostentan. 

Bebo el whisky de tu lengua, y ahí nomás, 
con el alma copeteada te sostengo
Vaya a ser que en un segundo de ebriedad 
me secuestren los agentes del infierno. 

Me someto, así, a tu entrega, 
me rescata, me enloquece y me sosiega. 
Ya no somos dos ahora,
se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. 

Un pasado infortunado, y su intención 
de instalarse eternamente en tus adentros. 
Se convierte en mi rival de estación 
y yo sé cómo ganarle a esos espectros

Es la base de la dieta del amor
mucha risa pa’ que no nos duela nada. 
No hay vestigios de tragedia en tu colchón, 
porque sobran, porque sobran carcajadas
Salta La Banca

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