miércoles, 23 de abril de 2014

Estoy amando

más mi vida. Hasta la rutina no me parece pesada, no me molesta la gente tarada, puedo no darle bola, aprendí, como hacen las madres, a no escuchar cuando me hablan al oído. A escuchar cuando lo necesitan aunque cuando yo lo necesito sus oídos no estén, ya no me molesta. Yo sé lo que soy y me gusta ser así, en ese sentido, que los demás se manejen.
La Fe y el Amor pueden mover montañas. Estoy llena de ambas, aunque en mi alrededor le falte demasiado de eso, le falta conversación y aceptarse para mejorar o seguir igual, tomar la decisión de cómo y qué quieren ser.
Aparecieron nuevos servicios, más gente relacionada a Dios y mejores tratos con otros.
Estoy re volada, me cuesta mucho prestar atención y entender las cosas del colegio, pero cuando me pongo, soy re yo, algo bueno hay al menos.
Estoy manija con aprender a manejar, con empezar el segundo año de fotografía, servir mucho en la parroquia y seguir mejorando mi cabeza.
Quiero conocer una persona que me acompañe en todo, más que nada que me quiera pero si le gustan las películas, cocinar y cantar a los gritos, mucho mejor. Pero meh, estoy más tranquila y ya no siento la necesidad de estar con alguien, capaz me acostumbré pero capaz, mejoré conmigo misma.
Estas pascuas fueron completamente un paso, una resurrección, un cambio.
Y ¿Por qué esperar a que los otros hagan lo que quiero? Mejor me pongo yo a hacer las cosas mejor para que me vean y no vean lo malo, que todos tenemos.

Que bien me siento, espero dure, espero que no sea solo porque tengo buen humor.


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