Pero la flor no contestó.
-¡Adiós!-repitió.
La flor tosió. Pero no por el resfrío.
-He sido tonta-dijo ella por fin-te pido perdón... trata de ser feliz.
Quedó sorprendido por la ausencia de reproches. Permaneció allí, desconcertado con el globo en la mano. No comprendía esa calma mansedumbre.
-Te quiero-agregó ella-Sí, te quiero... por mi culpa no has sabido nada... no tiene importancia... tu has sido tonto como yo... trata de ser feliz.
El principito.-
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