Una noche en las calles de Lomas
sin puntos ni comas le dió por hablar.
Su lunar, su iglesia y su candombe
no aclaraban a dónde apuntaba el pulgar.
Era linda, por dios que era linda
si patinaba y seguía siendo linda,
no cantaba muy bien y no andaba mejor
pero sonreía y era la más linda.
Y salimos a quemar las veredas
a enroscarnos en seda, biblia y calefón.
A salvar al país… no ¿qué digo al país?
Si salvamos al mundo, salvamos al mundo.
Salvamos al mundo esa noche, salvamos al mundo.
Y cuánto más salvamos.
Las pasiones que dan escalofríos
son aquellas que no se mezclan con el agua.
Si ella supo decir yo no pude escuchar
“si el amor no se da, esto es democracia”
Y salimos a quemar las veredas
a enroscarnos en seda, biblia y calefón.
A salvar al país… no ¿qué digo al país?
Si salvamos al mundo, salvamos al mundo.
Yo viviendo en un pasado con ella
y ella viviendo en un futuro sin mi.
Fantasmas de colores que hacen cláusulas de amores
y despiertan amotinados.
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